DESCANSO
TEMPERATURA
Uno de los mejores días del año es aquel en que, al fin, vuelves a dormir de un tirón, arropado y con la temperatura perfecta, pero cómo encontrar la ropa de cama y el edredón perfecto para cada estación
La habitación del sueño, ese paraíso donde queremos dormir cada noche, tiene una temperatura específica. Entre 18 y 21 grados y esto tiene una explicación científica. Con más calor o con más frío conciliar el sueño será un esfuerzo enorme para el organismo, que para dormir necesita liberar calor interno para reducir su temperatura corporal. “A esa temperatura se consiguen niveles máximos de tiempo total de un sueño profundo y de buena calidad”, explica el doctor Juan Antonio Madrid, miembro de la Sociedad Española del Sueño, catedrático de Fisiología y director del Laboratorio de Cronobiología de la Universidad de Murcia.
El sueño REM es más sensible a las alteraciones relacionadas con la temperatura que el sueño no REM, el ser humano tiene una mínima capacidad de termorregulación durante el sueño REM. Esta falta de termorregulación provoca que ante temperaturas extremas, el individuo se despierte”, indica por su parte la doctora Ainhoa Álvarez Ruiz de Larrinaga, de la Unidad Funcional de Sueño del Hospital Universitario Araba Vitoria-Gasteiz.
La falta de termorregulación provoca que ante temperaturas extremas, el individuo se despierte
En este esfuerzo que el cuerpo realiza para bajar grados y conciliar el sueño el clima suele ser un obstáculo. “Más allá de la temperatura ambiental, hay elementos que ayudan a conseguir la temperatura adecuada para un buen descanso como son los materiales y la composición de los textiles de cama y el colchón. Encontrar el edredón perfecto dependerá de cómo dormimos y de lo que cada persona necesite para conseguir la temperatura adecuada para dormir bien”, explica Raquel González, responsable de confort y descanso de IKEA.
Pero cómo podemos saber qué edredón y ropa de cama necesitamos para descansar bien. Como en casi todo lo que tiene que ver con el sueño, no hay soluciones rápidas. Lo que debes tener claro es saber qué tipo de dormidor eres. ¿Eres friolero? ¿Eres caluroso? ¿Eres de los que te destapas en medio de la noche o, por el contrario, eres de los duerme tapado hasta las cejas en plena ola de calor? Después de este examen de conciencia estarás en mejores condiciones de elegir porque escoger ropa de cama y edredón o edredones (no tienes por qué resignarte a uno solo) es casi un arte. Hay quien no conoce el concepto de edredón de entretiempo, el de edredón cálido o el de edredón de verano. Ante tanta variedad, ¿cómo elegir?
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“Los edredones cálidos son para personas frioleras, son gruesos y con más relleno pero aún ligeros. Para personas frioleras que vivan en climas fríos están los edredones extra-cálidos, que son mucho más gruesos y con gran cantidad de relleno. Para adaptarse a la temperatura de las distintas estaciones existen los edredones cuatro estaciones, que están formados por dos piezas, una cálida y otra fresca, que se pueden utilizar juntas o por separado”, explica la responsable de Confort y descanso de IKEA.
Sin embargo, durante el verano y la primavera, una buena solución es tener un edredón de verano más fino que te ayude a mantener la sensación de estar arropado, pero sin que te mueras de calor. Otra alternativa es cambiarlo en verano por una colcha.
El peso, la suavidad, la firmeza … son características que dependen del tipo de relleno que escojas. Los hay con relleno de microfibra, que son ligeros y suaves, con una textura cercana al plumón y muy recomendables para las personas alérgicas. Los que tienen relleno de materiales naturales, como las plumas y el plumón de pato, son suaves, ligeros y esponjosos. Un edredón relleno de plumón y plumas te mantendrá abrigado, pero la sensación será la de una colcha ligera, suave y mullida.
Las fibras ligeras como el algodón, el poliéster, el lyocell y el polipropileno conservan fácilmente su volumen y capacidad de aislamiento. Entre sus grandes virtudes está permitir la transpiración del cuerpo, absorber la humedad y conservar una temperatura uniforme durante toda la noche. En el caso de que busques un edredón para niños las mezclas son muy recomendables porque el edredón será fresco, ligero, fácil de lavar y se adaptará a los movimientos del pequeño mientras duerme.
Independientemente del edredón que elijas, debes airearlo cada mañana para evitar la presencia de ácaros que proliferan en entornos húmedos, cálidos y oscuros. Cuando aireas el edredón se evapora la humedad. Los edredones de materiales sintéticos, como el poliéster o el lyocell, se pueden lavar a 60º y se secan muy rápido. Sin embargo, los de plumas y plumón deben lavarse con menos frecuencia, también a 60º, y siempre con menos detergente del habitual.
Otro elemento fundamental para controlar la temperatura y conseguir un buen descanso son las sábanas. Pasamos aproximadamente un tercio de la vida en la cama, bajo ellas. Las más adecuadas para un buen descanso deben ser suaves y agradables al tacto, así como fáciles de cuidar. Las de algodón tienen aún más ventajas: no se arrugan, son fáciles de lavar y secar y son sostenibles. Las sábanas que están hechas con materiales como el algodón, el lyocell o el lino absorben la humedad, son transpirables y ayudan a regular mejor la temperatura durante el sueño.
Porque, en el fondo, en la variedad de los materiales se encuentra la temperatura perfecta. Existen sábanas, edredones y colchas para todas las estaciones y para todas las formas de dormir, pero tu misión es buscar esa horquilla perfecta entre los 18 y 21 grados que te permita dormir como un bebé cada noche. Tienes muchos aliados en tu cama, desde las almohadas hasta el edredón y las sábanas. Ponlos a trabajar a favor de tu sueño.
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Coordinación: Prado Campos y Cecilia Marín
Diseño UI y Dirección de Arte: Alessandro Marra
Maquetación: Saúl Fernández | Producción: Delia Blesa
Ilustraciones y animación: Iñaki San Juan y Antonia y Pepa