DESCANSO
CÓMO ORDENAR LA HABITACIÓN DE TU HIJO
Aprende cómo combinar orden, estudio y juego, versatilidad y gustos personales y, sobre todo, cómo hacer que el dormitorio de tu hijo favorezca su descanso
Alfombra
El juego físico es importante porque ayuda a los niños a liberar energías. Es importante que en su dormitorio cuenten, dentro de lo posible, con espacio suficiente para moverse sin barreras o, por lo menos, el espacio suficiente para poder combinar el espacio de descanso y del juego. Las alfombras infantiles son un recurso no solo decorativo sino muy útil para esa versatilidad.
Escalera
Elegir la mejor cama para los niños es una de las tareas imprescindibles para crear una habitación perfecta para el descanso. Apunta estas pistas para que se vayan a dormir felices cada noche: las literas y camas altas optimizan el espacio todo lo posible, permitiendo tener arriba el lugar de descanso y debajo un sitio donde estudiar o jugar. Las camas con almacenaje o abatibles son ideales para espacios pequeños y las camas extensibles van creciendo con los niños a su ritmo, es decir el largo se va ajustando a medida que el niño crece.
Cortinas
Es importante tener en cuenta los gustos de cada niño. Para ello pueden participar en la elección de las cortinas, la alfombra o la ropa de cama. Para los niños más pequeños, hasta siete años, son perfectos los motivos de animales, ciudades, naturaleza o sus películas favoritas. Un consejo: si las cortinas están pegadas a la cama, otra opción recomendable es poner estores sin cordón para evitar accidentes. Para que su dormitorio pierda el toque infantil y sea más neutro cuando ya tienen entre ocho y 12 años, cambiar los textiles nos ayudará a darle un aspecto totalmente renovado.
Lámpara
La iluminación es importante para crear un ambiente seguro para jugar y descansar. Además de las luces generales y las específicas para el estudio, se puede crear un punto de luz muy tenue que acompañe a los más pequeños hasta que se queden dormidos, como Kornsnö, una lámpara LED que emite la luz necesaria para que los niños se orienten en la oscuridad y que se apaga a los 15 minutos, cuando ya se han quedado dormidos.
Cajonera
La organización de los juguetes y otros objetos es esencial para crear una habitación agradable en la que llevar a cabo todas las actividades infantiles, del juego al estudio. La forma de organizarse cambiará con las necesidades de cada edad: de zonas de almacenaje de colores y señalizadas para aprender a ordenar y recoger tras el juego, generando ya un hábito, a un cajón específico para que ordenadores, móviles y videojuegos no interfieran con el sueño y el descanso.
Armario
El orden es fundamental para descansar. Por eso, el armario es otro de los pilares de la habitación de los niños. Enseñarles a colocar su ropa, calzado y accesorios y, sobre todo, inculcarles ese hábito será mucho más fácil si optamos por armarios compartimentados y acordes a la decoración del dormitorio.
Sillón
Si el espacio lo permite, colocar un sillón no solo convertirá ese espacio del dormitorio en un lugar ideal para que lo niños descansen y jueguen o, cuando crezcan, reciban a sus amigos sino que también será perfecto para que los padres compartan espacio con los niños de día y antes de ir a dormir.
El juego físico es importante porque ayuda a los niños a liberar energías. Es importante que en su dormitorio cuenten, dentro de lo posible, con espacio suficiente para moverse sin barreras o, por lo menos, el espacio suficiente para poder combinar el espacio de descanso y del juego. Las alfombras infantiles son un recurso no solo decorativo sino muy útil para esa versatilidad.
Elegir la mejor cama para los niños es una de las tareas imprescindibles para crear una habitación perfecta para el descanso. Apunta estas pistas para que se vayan a dormir felices cada noche: las literas y camas altas optimizan el espacio todo lo posible, permitiendo tener arriba el lugar de descanso y debajo un sitio donde estudiar o jugar. Las camas con almacenaje o abatibles son ideales para espacios pequeños y las camas extensibles van creciendo con los niños a su ritmo, es decir el largo se va ajustando a medida que el niño crece.
Es importante tener en cuenta los gustos de cada niño. Para ello pueden participar en la elección de las cortinas, la alfombra o la ropa de cama. Para los niños más pequeños, hasta siete años, son perfectos los motivos de animales, ciudades, naturaleza o sus películas favoritas. Un consejo: si las cortinas están pegadas a la cama, otra opción recomendable es poner estores sin cordón para evitar accidentes. Para que su dormitorio pierda el toque infantil y sea más neutro cuando ya tienen entre ocho y 12 años, cambiar los textiles nos ayudará a darle un aspecto totalmente renovado.
La iluminación es importante para crear un ambiente seguro para jugar y descansar. Además de las luces generales y las específicas para el estudio, se puede crear un punto de luz muy tenue que acompañe a los más pequeños hasta que se queden dormidos, como Kornsnö, una lámpara LED que emite la luz necesaria para que los niños se orienten en la oscuridad y que se apaga a los 15 minutos, cuando ya se han quedado dormidos.
La organización de los juguetes y otros objetos es esencial para crear una habitación agradable en la que llevar a cabo todas las actividades infantiles, del juego al estudio. La forma de organizarse cambiará con las necesidades de cada edad: de zonas de almacenaje de colores y señalizadas para aprender a ordenar y recoger tras el juego, generando ya un hábito, a un cajón específico para que ordenadores, móviles y videojuegos no interfieran con el sueño y el descanso.
El orden es fundamental para descansar. Por eso, el armario es otro de los pilares de la habitación de los niños. Enseñarles a colocar su ropa, calzado y accesorios y, sobre todo, inculcarles ese hábito será mucho más fácil si optamos por armarios compartimentados y acordes a la decoración del dormitorio.
Si el espacio lo permite, colocar un sillón no solo convertirá ese espacio del dormitorio en un lugar ideal para que lo niños descansen y jueguen o, cuando crezcan, reciban a sus amigos sino que también será perfecto para que los padres compartan espacio con los niños de día y antes de ir a dormir.
NIÑOS
Una habitación infantil es un espacio todoterreno: allí se juega, se aprende, se crece… y se descansa. Para que toda esa actividad no interfiera con el sueño, la habitación de nuestros hijos debe contar con los elementos apropiados que les permitan descansar adecuadamente para no perder el ritmo
Las habitaciones infantiles son sin duda las más versátiles de la casa: excepto en hogares donde hay una mayor disposición de espacio, estos dormitorios hacen las veces de centro de juego, relajada biblioteca, un lugar donde aprender hábitos como el orden y la autonomía al vestirse, sala de estudio donde harán sus primeras tareas y, lo más importante, un entorno donde se sientan seguros y que les ayude a relajarse para poder descansar. Según la Sociedad Española del Sueño (SES), la infancia y la adolescencia son las épocas durante las cuales se crean y fijan los patrones de sueño que seguiremos durante nuestra vida. Esos patrones de sueño vendrán marcados por factores endógenos (de dentro de nuestro cuerpo), pero también exógenos (de fuera), principalmente la luz, que es, según la SES, “el factor más importante para ajustar el reloj endógeno del organismo y, por tanto, el sistema circadiano de sueño”, pero también otros como la temperatura y el ruido.
La elección de una cama y colchones adecuados no solo para el momento de dormir sino también para crear un orden y un entorno que faciliten la relajación del niño, así como la creación de rutinas previas al sueño que vayan creando hábitos de descanso saludable, son otros factores a tener en cuenta para crear la habitación infantil ideal para que descansen nuestros hijos.
Antes de lanzarse a hacer ningún cambio conviene dedicar tiempo y reflexión a evaluar el espacio que tenemos y a decidir qué queremos hacer con él según la edad de sus ocupantes y qué actividades conforman su rutina diaria.
Lo que necesita un niño para dormir bien es seguridad del ambiente, confianza en el medio y afectividad: comunicación con el niño antes de acostarse
Así podremos aprovechar al máximo las oportunidades que nos ofrece el dormitorio y adecuarlo lo más posible a las necesidades de nuestros hijos y, por qué no, a sus gustos. “Lo que necesita un niño para dormir bien es seguridad del ambiente, confianza en el medio y afectividad: comunicación con el niño antes de acostarse”, afirma el doctor Gonzalo Pin, del grupo pediátrico de la Sociedad Española del Sueño.
También recomienda que los hermanos duerman juntos en la misma habitación, sobre todo durante las primeras etapas, ya que favorece el descanso y además crea un vínculo fraternal muy importante. Se recomienda que sea así hasta que uno lo decida, normalmente en la preadolescencia.
En la mayoría de los hogares españoles, la habitación para dormir y la habitación para jugar son la misma. Eso quiere decir que a la hora de planificar el cuarto infantil habrá que contar con ambas cosas, dejando suficiente espacio despejado para que los niños jueguen con libertad y también para descansar y relajarse.
Pero, ¿eso cómo se consigue? ¿Cómo se crea una habitación con suficiente espacio libre para jugar y a la vez con el descanso como objetivo fundamental? La respuesta está en la elección de la cama. Por ejemplo, con camas altas o literas que dan dos funcionalidades a un mismo espacio: arriba se duerme y abajo se juega, se lee o se hacen deberes.
Otra opción son las camas abatibles, que una vez que el niño se ha levantado, se pliegan contra la pared dejando el sitio despejado para las actividades diurnas. Si contamos con una habitación un poco más grande y no necesitamos elevar o plegar la cama, una cama con cajones de almacenaje puede ser otra gran idea para aprovechar el espacio de debajo para guardar juguetes o todo tipo de objetos.
Aprendiendo a crear la habitación ideal para sus hijos
Bruno y Julia aprenden semana a semana todo lo necesario para crear la habitación perfecta para descansar
Todas estas opciones se complementan con un colchón que transpire y permita una correcta regulación de la temperatura del niño. Un colchón que se adapte a su tamaño, o incluso que “crezca” con él como existen algunas opciones en el mercado será una buena elección. Según el doctor Víctor Soto, coordinador del Grupo de Pediatría de la Sociedad Española del Sueños, más que mirar qué tipo de colchón es el más adecuado para el descanso de un niño, lo fundamental es que cumpla las condiciones de seguridad adecuadas.
Aunque lo más recomendable son las almohadas bajas de firmeza media, tampoco existen claves infalibles sobre almohadas, explica Soto, pero siempre hay que tener cuidado de que la almohada no enmascare un problema. “Un niño que ronca puede tener algún problema respiratorio que conviene valorar. Utilizar determinada almohada para evitar que ronque no es una solución”.
La temperatura es otro de los factores que influyen en la calidad del descanso infantil. La recomendación es mantener la temperatura de la habitación en unos niveles neutros que no causen ni demasiado fresco ni calor. Unos 18-21 grados es lo ideal, además de utilizar edredones ligeros, de materiales como lycoell, que permitan la transpiración y que ayuden a mantener la temperatura corporal.
Los doseles sobre la cama no intervienen en la temperatura, pero sí en otro factor que es importante para algunos niños: la intimidad. Sentir que en su habitación existe un pequeño rincón solo para ellos les da la sensación de intimidad y seguridad tanto para relajarse al dormir como para leer o jugar.
Como decíamos antes, la luz es uno de los factores que más afectan a la calidad del sueño. “La innecesaria exposición a la luz, antes y durante el sueño nocturno, puede causar problemas de salud entre los que se encuentran las alteraciones del sueño”, explica la Sociedad Española del Sueño. Esto hay que combinarlo con una iluminación suficiente y adecuada para que los niños cumplan el resto de sus actividades de forma segura y saludable.
Por eso, es aconsejable emplear tres tipos de iluminación: general, de forma que toda la habitación quede bien iluminada; funcional, con puntos de luz específicos para leer o hacer tareas (especialmente importante cuando dos hermanos comparten habitación para que cada uno tenga la suya) y ambiental, un punto de luz muy tenue que pueda utilizarse por la noche para transmitir seguridad y evitar caídas o golpes si el niño tiene que levantarse por la noche.
La Sociedad Española del Sueño explica que “la luz emitida por dispositivos electrónicos utilizados antes del horario habitual de sueño produce un retraso de fase de la actividad del núcleo supraquiasmático y, en consecuencia, se retrasa la secreción de melatonina, aumenta la alerta, retrasa el inicio del sueño y disminuye la vigilancia por la mañana”.
Por ese motivo, el doctor Soto es tajante: las habitaciones infantiles y adolescentes deben estar libres de tecnología por las noches para que el descanso sea adecuado. Una opción es sacar fuera móviles, portátiles y similares antes de la hora de acostarse; otra, guardar todos esos dispositivos en una caja o cajón alejados de la zona de descanso. Lo ideal sería que ordenador o televisión no estén en la habitación pero, de haberlos, siempre deben estar apagados a la hora de dormir.
En una habitación donde se llevan a cabo tantas actividades distintas es fundamental el orden y, para ello, nada mejor que disponer de sistemas de almacenaje que permitan otorgar a cada sitio su función: armarios donde colocar la ropa (y de paso aprender a ser autónomos a la hora de cambiarse), cajones para los juguetes, cajoneras donde guardar los utensilios escolares, estanterías para los cuentos, una mesilla de noche donde dejar los objetos imprescindibles como un vaso de agua o las gafas…
Combinando estos muebles con habilidad se puede sacar provecho a espacios pequeños y sencillos. Otra clave para conseguirlo es la decoración, y aquí es donde se puede incluir a los niños en la decisión: “Es interesante que sean ellos mismos los que decidan los colores o customicen algunas de sus cosas. Los cojines o los peluches para colocar sobre la cama o la alfombra son elementos sencillos en cuya elección pueden involucrarse hasta los más pequeños”, explica Manuel Delgado, responsable de Interiorismo de IKEA Ibérica. Además, jugar con los textiles, añadir estanterías, corchos, pizarras o un escritorio para estudiar conforme van creciendo, es la manera más fácil de que la habitación de nuestros hijos vaya creciendo y cambiando con ellos.
Para evitar el efecto perjudicial sobre el sueño que tienen las pantallas de móviles y similares, y para ayudar a los niños a dormir en general, es muy beneficioso crear una rutina previa al momento de acostarse que les ayude a relajarse y dormir. Según un estudio publicado en la revista Sleep que analizó las rutinas previas a acostarse que trasladaron más de 10.000 madres de más de 10 países, “tener una rutina regular antes de acostarse se asocia a un mejor sueño en los niños pequeños, y cuanto más consistente sea esa rutina y antes se inicie, mejor”
Como decimos, esa rutina no debe incluir pantallas. Dedicar un rato a leer un cuento o un libro, ya sea con los padres o por sí mismos cuando son más mayores, a escuchar música tranquila o a comentar cómo ha ido el día o qué se hará al día siguiente son algunos ejemplos. “En general, cualquier cosa que ayude a desconectar de lo que ha sido la actividad diaria y a relajarse antes de dormir”, concluye el doctor Soto.
DESCANSO
FAMILIAS
ADULTOS
ADOLESCENTES
Coordinación: Prado Campos y Cecilia Marín
Diseño UI y Dirección de Arte: Alessandro Marra
Maquetación: Saúl Fernández | Producción: Delia Blesa
Ilustraciones y animación: Iñaki San Juan y Antonia y Pepa